domingo, 30 de abril de 2017

LA FUERZA DE UNA IMAGEN: FOTOGRAFÍA PARA LA AUTOESTIMA



Os propongo una actividad que se me ocurrió realizar con participantes de un proyecto de empleo y que ha acabado siendo una experiencia maravillosa a varios niveles, fácilmente replicable y realmente fructífera.

Tras varios años en el trabajo con jóvenes, hay dos cosas que he observado a lo largo del tiempo: 1) su preocupación por la proyección de su imagen: sacarse fotos, colgar fotos, hacerse selfies, retocar imágenes, redes sociales de fotos, mandar fotos… y 2) su nivel de autoestima medio–bajo, aunque lo disfracen de todo contrario; sólo hay que rascar un poquito, y se llega a la verdad. Por eso, conjugar estos dos aspectos en una actividad, fue algo que me tuvo un tiempo dando vueltas.

Además, en el tipo de proyectos en el que trabajo, entendemos el proceso de búsqueda de empleo como una campaña de marketing en la que hay un producto muy claro que ‘vender’: el “yo trabajador” de cada participante. Como toda campaña publicitaria, se requiere de un principio fundamental para que la venta sea efectiva: creer en el producto.

Por ello, trabajar la AUTOCONFIANZA de nuestros participantes, es una etapa primordial en su Itinerario Personalizado De Inserción. Trabajar su EMPODERAMIENTO y mejorar su AUTOIMAGEN, es básico para afianzar sus estrategias de cara a la búsqueda de un trabajo.

Así que empecé a buscar, y llegué a este interesante artículo, que me inspiró varias ideas para conjugar fotografía y autoestima, y empecé a dar forma a la actividad. Ya contaba con una fotógrafa que es colaboradora habitual en nuestros proyectos, a quien mandé un mensaje simplemente diciendo: “Estoy pensando en hacer algo relacionando fotografía y autoestima, ¿cómo lo ves?”. A los cinco segundos contestó “¿Cuándo empezamos?”. La invité a tomar un café y le conté lo que había pensado.

La idea era seleccionar a varios participantes del proyecto y explicarles de manera grupal la importancia de la imagen en la sociedad actual, el uso que se hace de ella, lo que quiero proyectar y lo que realmente proyecto, etc. Después, cada uno tendría su propia sesión de fotos y se elaboraría un book, analizando sus virtudes y todo lo positivo que puede reflejar una buena imagen y una buena foto realizada por un profesional. Pero yo quería ir más allá, y pretendía que realmente los y las jóvenes supieran de primera mano lo que piensa la gente al ver su fotografía… y así empezó una de las experiencias laborales más intensas de mi vida. 

A raíz de esas ideas, se diseñó un Taller de EMPODERAMIENTO Y AUTOIMAGEN, junto con nuestra fotógrafa que ya se ha adentrado con anterioridad en este campo, que constaría de varias etapas:

1) Fase grupal e la que se les informaría sobre imagen, fotografía, publicidad, estereotipos, etc. Y conceptos básicos sobre autoestima, autoconcepto y autoimagen.

2) Fase individual A: Consta de entrevistas con la fotógrafa en la que se ahonda en el motivo para realizarse fotos, objetivos de la sesión de fotos, autoimagen del participante, etc.

3) Fase individual B: Shooting fotográfico / sesión de fotos.

4) Facilitación a cada participantes de un pequeño álbum personal de fotos positivas.

La idea posterior, y un poco más ambiciosa, busca ir más allá a través de la visibilización de esta actividad, que puede, además, repercutir aún más en la mejora de la autoestima de las personas fotografiadas: un vídeo que recogiera:

· Exposición de las fotografías en una estancia. 

· Pedir a diferentes personas, de distintas edades y características, que verbalicen lo qué les viene a la cabeza mientras observan cada foto.

· Después, proyectar esas opiniones en pantalla y grabar a su vez la reacción de la persona fotografiada mientras ve lo que opinan de su foto.

· Realizar un montaje con todo ello, con la finalidad de dar a conocer la actividad, y el acompañamiento al empoderamiento de los participantes, también en el ámbito personal, que de manera irremediable repercutirá en su ámbito profesional.

Le comenté la idea a varias compañeras de trabajo. Todas coincidíamos: iba a ser complicada la ejecución, pero ¡madre mía si salía bien!, cuánto iba a merecer la pena. Así que fuimos a por ello.

Se convocó a los y las jóvenes a la sesión grupal inicial, no sabían muy bien a qué iban, pero una sesión de fotos gratis es aliciente suficiente. Después se les citó de manera individual para las sesiones con la fotógrafa, mientras observaban cómo todo el proceso era también grabado en vídeo; - Es para nuestra memoria interna del proyecto, les decíamos. 

Unos días después, se les citó uno por uno, con la excusa de entregarles su álbum de fotos ya impreso. Pero esa no era la realidad. Ya habíamos expuesto su foto y ya habíamos grabado a numerosos opinadores voluntarios, verbalizando qué le transmite esa persona de la imagen. Así que, cada uno de ellos entraba a una sala a oscuras pensando en recoger su álbum, y se encontraba lo siguiente: una foto suya profesional tamaño A3 (primer impacto emocional bastante potente) y la proyección de un vídeo con 10 o 12 personas hablando de lo que les sugiere esa foto… Sabíamos que iban a ser momentos especiales, pero nunca imaginamos cuánto. Es realmente complicado poner en palabras las emociones que se vivieron en esos momentos…. ¡menos mal que eso también lo grabamos en vídeo!. Las personas que participaron en la actividad, realmente recibieron un chute de realidad, ya que fueron conscientes de todo eso que transmiten, todo eso que YA TIENEN y no se habían dado ni cuenta. Las reacciones fueron desde el estado de shock al llanto nervioso. Impresionante, arrebatador, impactante,… todo lo que os diga es poco para describir esta vivencia. El objetivo estaba conseguido, los participantes salían empoderados y reforzados, solo faltaba el regalo conclusivo.

Unas semanas después, se procedió a la proyección del montaje final y , ahora si, la entrega de los álbumes de fotos, en una jornada muy emotiva a la vez que divertida y muy entrañable.

Solo quedaría invitaros a ver el VÍDEO final, os aseguro que todo el esfuerzo ha merecido la pena, y que estos 11 minutos resumen un precioso proceso de crecimiento personal y profesional de las personas que están tanto delante como detrás de las cámaras. 



Foto: Alex Casas, fotógrafa de la actividad descrita

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