Que sí, que no eres tu trabajo, pero mejor si consigues trabajar en algo que te mole.
Que vale, que trabajamos para
vivir y no al revés, pero son muchas horas, muchos días, muchos años, ¿y si
intentamos que sea agradable dentro de tus posibilidades?
Que sí, que solo es trabajo y es
un tercio de la vida, pero vamos a procurar que hagas algo acorde a tus
valores. ¿Al menos no incoherente con ellos?
Vale que tu identidad no se forja
por tu función productiva, pero mirémoslo al revés, busquemos una actividad
laboral que medianamente encaje con quienes somos.
¿Es posible este término medio
para todas las personas? NO. Hay mucho trabajo mierder que nunca va a
aportar demasiado a la vida. ¿Podemos, no obstante, intentarlo siempre? SÍ,
para nosotras y para quienes acompañemos en su camino hacia el empleo.
De hecho, las profesionales
del empleo, nos encontramos muchas veces con personas que están justo en
ese momento en que deben decidir hacia dónde dirigirse ¿seguir igual o cambiar
de trayectoria? ¿Reconducir? ¿Recapacitarse? ¿Reinventarse? ¿Ser continuista?
Dependerá de mil factores, pero es el momento perfecto para poner sobre la mesa
todas las cuestiones anteriores.
A lo mejor, y solo a lo mejor,
podemos provocar un click que despierte otra forma de enfocar el
trabajo. Las opciones son limitadas, el mercado es precario, el contexto es
desfavorable… si has leído entre líneas, no estoy hablando de eso. Dentro de “es
lo que hay”, valoremos opciones. Dentro de lo factible, siempre hay un mínimo
de elección.
Y ahora, algo más delicado.
Espero que se interprete bien.
Otro enfoque posible es tunear mentalmente
el concepto de tu trabajo. Y con esto quiero decir: todo trabajo tiene algo
positivo en lo que puedes enfocarte, mientras llega algo mejor, y tampoco hablo
de positividad toxicaza, ojo. Voy a poner algún ejemplo, y es importante para
mi que se entienda lo siguiente: NO romantizo la precariedad, NO banalizo la
situación de mierda de determinados trabajos, NO infravaloro unos puestos
frente a otros; solo quiero visibilizar lo que quiero decir a partir de ejemplos.
Hay cosas que podemos re-enfocar desde nuestro puesto de trabajo y también desde nuestro rol de cliente/consumidor/ciudadana que pueden aportar mejorías a cada situación. Os cuento algunos ejemplos que a veces comparto:
- Cuando llega a mi casa un paquete, intento hacerle ver a la persona de reparto la alegría que me da recibirlo. “Siempre es guay verte, me traes ilusión, gracias”. ¿Y si ese gesto le hace ver que lo que hace, en cierta manera, mola? (Sí, a pesar de las condiciones, las exigencias, la situación… no estoy hablando de eso, no es incompatible luchar por un empleo digno y de calidad, y por el camino, intentar que sea más llevadero y darle la importancia que tiene).
- Cuando una participante consiguió trabajo de repartidora de comida a domicilio, y ambas sabíamos que era algo transitorio y un empleo alimenticio (nunca mejor dicho…) que no le entusiasmaba. Pero intentamos darle la vuelta mientras. - ¿Recuerdas cómo es ese momento en que llega a casa la pizza que habéis pedido? Le dije, -Eso es lo que vas a provocar tú ahora cada vez que llames al timbre.
- En una época que me tocó viajar mucho, y a sabiendas de las condiciones de ciertos puestos de trabajo, incorporé una costumbre sencilla, pero kukitizante. En los hoteles, al dejar la habitación, dejo una pequeña propina con una nota que dice: gracias por acondicionar la habitación. No puedo dejarte mucho más, pero espero que puedas tomarte tranquilamente un café, y sepas que tu trabajo es importante porque contribuye al buen descanso de las personas, recuérdalo siempre.
Dejemos los absolutismos, y las
barbaridades de la familia del querer es poder y toda esa mierda
basura, y enfoquemos desde un realismo medio optimista, medio
práctico: haz lo que puedas con lo que hay. Encuentra algo para valorar como provechoso
en lo que toca ahora, sin perder de vista el medio y largo plazo. Y mira a ver qué
de ti puedes impregnar en la actividad, en la acción, en la tarea
cotidiana y convertirla algo más.
Que sí, que no eres lo que
haces, pero intentemos poner un poquito de lo que somos en lo que hacemos.
Que sí, pero que no.
Que no, PERO QUE SÍ.
Os dejo algunas lecturas
recomendadas, relacionadas con el tema, algunas en mayor medida que otras, y
algunas a favor del punto de vista expuesto y otras que difieren, para tener
siempre varios enfoques:
1. La
lección que se puede sacar de la Gran Dimisión: tú no eres tu trabajo
2. No me gusta mi
trabajo. Descubre cómo solucionarlo
3. Conectar
mientras trabajas: "Si tienes empleados muy felices tendrás empleados muy
productivos"
4. El síndrome del trabajo ideal
5. Tener
amigos en el trabajo aumenta la productividad
6. Positividad
tóxica: ¿es real que "lo que sucede conviene"?