martes, 9 de agosto de 2022

Que sí, pero que no.

Que sí, que no eres tu trabajo, pero mejor si consigues trabajar en algo que te mole.

Que vale, que trabajamos para vivir y no al revés, pero son muchas horas, muchos días, muchos años, ¿y si intentamos que sea agradable dentro de tus posibilidades?

Que sí, que solo es trabajo y es un tercio de la vida, pero vamos a procurar que hagas algo acorde a tus valores. ¿Al menos no incoherente con ellos?

Vale que tu identidad no se forja por tu función productiva, pero mirémoslo al revés, busquemos una actividad laboral que medianamente encaje con quienes somos.

¿Es posible este término medio para todas las personas? NO. Hay mucho trabajo mierder que nunca va a aportar demasiado a la vida. ¿Podemos, no obstante, intentarlo siempre? SÍ, para nosotras y para quienes acompañemos en su camino hacia el empleo.



De hecho, las profesionales del empleo, nos encontramos muchas veces con personas que están justo en ese momento en que deben decidir hacia dónde dirigirse ¿seguir igual o cambiar de trayectoria? ¿Reconducir? ¿Recapacitarse? ¿Reinventarse? ¿Ser continuista? Dependerá de mil factores, pero es el momento perfecto para poner sobre la mesa todas las cuestiones anteriores.

A lo mejor, y solo a lo mejor, podemos provocar un click que despierte otra forma de enfocar el trabajo. Las opciones son limitadas, el mercado es precario, el contexto es desfavorable… si has leído entre líneas, no estoy hablando de eso. Dentro de “es lo que hay”, valoremos opciones. Dentro de lo factible, siempre hay un mínimo de elección.

Y ahora, algo más delicado. Espero que se interprete bien.

Otro enfoque posible es tunear mentalmente el concepto de tu trabajo. Y con esto quiero decir: todo trabajo tiene algo positivo en lo que puedes enfocarte, mientras llega algo mejor, y tampoco hablo de positividad toxicaza, ojo. Voy a poner algún ejemplo, y es importante para mi que se entienda lo siguiente: NO romantizo la precariedad, NO banalizo la situación de mierda de determinados trabajos, NO infravaloro unos puestos frente a otros; solo quiero visibilizar lo que quiero decir a partir de ejemplos.

Hay cosas que podemos re-enfocar desde nuestro puesto de trabajo y también desde nuestro rol de cliente/consumidor/ciudadana que pueden aportar mejorías a cada situación. Os cuento algunos ejemplos que a veces comparto:

  • Cuando llega a mi casa un paquete, intento hacerle ver a la persona de reparto la alegría que me da recibirlo. “Siempre es guay verte, me traes ilusión, gracias”. ¿Y si ese gesto le hace ver que lo que hace, en cierta manera, mola? (Sí, a pesar de las condiciones, las exigencias, la situación… no estoy hablando de eso, no es incompatible luchar por un empleo digno y de calidad, y por el camino, intentar que sea más llevadero y darle la importancia que tiene).
  • Cuando una participante consiguió trabajo de repartidora de comida a domicilio, y ambas sabíamos que era algo transitorio y un empleo alimenticio (nunca mejor dicho…) que no le entusiasmaba. Pero intentamos darle la vuelta mientras. - ¿Recuerdas cómo es ese momento en que llega a casa la pizza que habéis pedido? Le dije, -Eso es lo que vas a provocar tú ahora cada vez que llames al timbre.
  • En una época que me tocó viajar mucho, y a sabiendas de las condiciones de ciertos puestos de trabajo, incorporé una costumbre sencilla, pero kukitizante. En los hoteles, al dejar la habitación, dejo una pequeña propina con una nota que dice: gracias por acondicionar la habitación. No puedo dejarte mucho más, pero espero que puedas tomarte tranquilamente un café, y sepas que tu trabajo es importante porque contribuye al buen descanso de las personas, recuérdalo siempre.


Dejemos los absolutismos, y las barbaridades de la familia del querer es poder y toda esa mierda basura, y enfoquemos desde un realismo medio optimista, medio práctico: haz lo que puedas con lo que hay.  Encuentra algo para valorar como provechoso en lo que toca ahora, sin perder de vista el medio y largo plazo. Y mira a ver qué de ti puedes impregnar en la actividad, en la acción, en la tarea cotidiana y convertirla algo más.

Que sí, que no eres lo que haces, pero intentemos poner un poquito de lo que somos en lo que hacemos.

Que sí, pero que no.

Que no, PERO QUE SÍ.


Os dejo algunas lecturas recomendadas, relacionadas con el tema, algunas en mayor medida que otras, y algunas a favor del punto de vista expuesto y otras que difieren, para tener siempre varios enfoques:

1.      La lección que se puede sacar de la Gran Dimisión: tú no eres tu trabajo

2.      No me gusta mi trabajo. Descubre cómo solucionarlo

3.      Conectar mientras trabajas: "Si tienes empleados muy felices tendrás empleados muy productivos"

4.      El síndrome del trabajo ideal

5.      Tener amigos en el trabajo aumenta la productividad

6.      Positividad tóxica: ¿es real que "lo que sucede conviene"?