Al final del día, lo importante es
estar rodeada de buenas personas, y en tu puesto de trabajo pasas muchas horas
al día como para experienciar lo contrario.
Tras muchas conversaciones con
empresas, colegas del acompañamiento al empleo, profesionales de la gestión del
talento, personas en búsqueda de empleo… la conclusión es similar: se buscan
buenas personas. Lo demás, es entrenable, aprendible, mejorable, y tan
particular en cada puesto de trabajo, que nunca lo sabrás todo al llegar, ni
falta que hace. Pero ser buen compi, eso se ES (o no). De eso no hay Máster, ni
puntúa en el baremo. Y debería.
En serio, en tu propio equipo de
trabajo, ¿qué prefieres? ¿una buena persona a la que entrenar el tiempo que
necesite o un súper listómetro insoportable? O peor aún, una persona
encantadora traicionera. Buenas personas siempre.
No estamos hablando de esas personas
de las que decimos “es muy buen persona, y muy majo, pero es que no le da para
más”. No. Estamos hablando dentro del nivel profesional medio. Ser buena
persona NO es suficiente, evidentemente, para el desempeño óptimo de un puesto.
Pero, entre un 5/10 en destreza laboral que es buena persona y un 8/10 que es
regulero personalmente, me quedo con el primero sin dudarlo. Y muchas empresas
también.
Al fin y al cabo, ¿qué son las
famosas competencias blandas, soft skills, destrezas interpersonales,
habilidades sociales, …? -llámalas como quieras según la época-. Son ser
maja, desenvuelta, simpática, buena persona y buena compañera. Y otras
muchas cosas, pero eso de base.
Se nos llena la boca de la
importancia para el candidato, para la empresa, para el proceso de selección,
del famoso “trabajo en equipo”. Y seguimos ejerciéndolo con el enfoque puzle,
cada uno hace su parte y lo juntamos después (qué recuerdos, ¿eh?). Eso no es
trabajo en equipo, eso es rompecabezas mediocre. Trabajar en equipo es respeto
al tiempo y a los tiempos de los demás, es apertura, escucha, cariño
profesional, cuidado mutuo, enfoque colectivo, colaborar sin competir por un objetivo
común, alentar, reconocer, apoyar. Felicitar -sinceramente- cuando hay un
logro “ajeno”, generar buen ambiente y compañerismo, visión comunitaria. En
definitiva, muchas cosas del trabajo en equipo, no están
directamente relacionadas con el trabajo, y sí más con el equipo.
Con las personas. Y mejor, si son buenas personas. Y mejor aún, ser una de
ellas.
Ojo, que esto tiene que ESTAR en las
personas, pero también en el estilo de liderazgo, que lo debe promover.
Y que ambas cosas coincidan, lo sabemos, es complicadísimo, pero debería ser la
tendencia. Por el bien de las personas y de las organizaciones. ¿Sabrán algunas
personas líderes de equipos aquello de “la persona que trabaja un poquito más
feliz es más productiva”?... tiene pinta de ser de esas cosas que la teoría muy
bien, pero en la práctica, ya me apaño yo con mis clásicos chungos. Y divido a
ver si venzo, o al menos, que no se me note mucho que no sé lo que hago en
cuanto a gestión de personas.
En un encuentro con empresas
tecnológicas hace poco, ese sector TAN especializado, un jefón nos decía “es
que al final, lo que queremos es gente maja”, y eso da esperanza. Y es que bien
mirado, es una argumento absolutamente ganador, ¿quién no quiere estar de buen
rollo en el trabajo? Pues haberlos, haylos. Por amargura, por miedo a su propia
mediocridad, por inseguridad, por aprendizajes tristes, por jerarquías arcaicas,
por lo que sea. Bueno, y que todas sabemos que, si una persona está de buen
rollo en el trabajo, es porque trabaja mucho menos que nadie [modo irónico on,
pa los cortos].
“Personas majas”, nos dicen.
Escuchad. Sedlo. Personas majas, buenas personas, que sonríen, que saludan, que
abrazan (sí, en la oficina, no te vas a morir, pasas allí un tercio de la
vida como poco), que echan un cable, que no pisan a nadie ni venden a su madre por un poco
de casito, que ven opciones de construir juntas en lugar de carreras de
obstáculos. Compañerismo era eso.
Que sí, que estamos muy “quemaos” y que
vaya último año y medio de aguante emocional… pero que no se arregla siendo
peor, solo siendo mejor (persona). Y si no, busca un lugar donde estar mejor,
donde SER mejor. Y no des por saco. Hombre ya. Que al final me cabreo jajaja.
Se buscan buenas personas. SE
NECESITAN.
Si lees esto y alguna vez fui “tu
compañera tóxica” ten por seguro que no había una estrategia de nada detrás,
probablemente un momento de mierda y pocas herramientas. Porque no solo miro
hacia afuera, a lo mejor he sido un venenito a veces; muchas, lo he
identificado y he trabajado en atajarlo, porque mi esencia no es esa. Otras, ni
me habré dado cuenta. Pero intento con todas mis fuerzas SUMAR. Y el día que
no tengo fuerzas o sonrisa, al menos, NO restar.
No cuesta tanto un cumplido, una
sonrisa bajo la mascarilla. No sabíamos que las arrugas alrededor de los ojos
iban a ser tan importantes, tan comunicativas, tan trascendentales. Ya no
uso contorno de ojos por si alguien no notara que le estoy sonriendo. No
cuesta tanto un “¿estás bien?”, un “esto lo hicimos juntas” en
lugar de medallas a escondidas, un “hoy invito yo”; no cuesta tanto un “vete
a casa, yo lo acabo”. No cuesta tanto, y vale MUCHO. Vale la vida (la
profesional, también es vida). No cuesta tanto y lo estoy viendo cada vez en
más personas a mi alrededor, lo que me hace profunda ilusión, llamadme inocente
-que lo soy-, pero igual… Algunas personas sí salieron mejores…
Se buscan buenas personas. Almas de [Re]Construcción Masiva.
PD: Os dejo esta maravillosa canción, Treat People with Kindness [#TPWK], del gran Harry Styles, para vuestro disfrute.