martes, 5 de enero de 2021

Almas de (Re)Construcción Masiva

Las que hacen falta, las que más hacen falta, las necesarias y siempre necesarias, pero ahora esenciales. Las almas que son piezas de un puzzle mágico, y no las que son puño enfadado que arroja por los aires con su ira los fragmentos construidos.

Almas de visión conjunta, central y periférica. Capaces de ver la imagen final, y no solo su apariencia en la foto (esa no, saca otra…).

Almas sociales, de construcción masiva. Edifican vidas con cimientos resquebrajados, desde sus propias grietas, desde su a punto de demolición. Amianto en las venas, amor en la intervención.

Imagen de Michael Gaida en Pixabay

Con el miedo a mañana, como tú, con la inseguridad digital, como tú, con las niñas junto al ordenador, casi como tú, con la mascarilla en el corazón y el miedo en el cuerpo… como tú. Con la fuerza de un huracán vocacional. Con las ganas de crear rumbos nuevos, para ti, la creatividad de dibujar otros mundos, para ti; ingeniería de caminos, canales y puertos… hacia el empleo, hacia la vida, hacia la nueva normalidad, para ti.

Almas generosas, de construcción conjunta. Con visión global e individual, con amplitud de miras, que trasciende telediarios y transforma terror en templanza. Que se unen en cadena para llegar más lejos, más cerca, de ti.

Almas armadas hasta las cejas de empatía, tan repetida, tan poderosa. Que lloran cuando no mira nadie, que se agotan a media tarde, que recobran el aliento cuando subes otro escalón. Almas sin tregua, sin restricción perimetral, que se expanden hacia ti, por ti, para ti, desde ti. Almas por lo común, lo comunitario y la comunidad.

Almas que suman, que caminan en resolutivo, y no enrabietadas por colores ni gestores; que abordan cada reto como un acertijo amoroso, que vibran hacia el encuentro y no hacia la llorería.

Almas de deconstrucción masiva. Fragmentando realidades, reorganizando materias primas emocionales, creando nuevas estructuras de afrontamiento y  gestión.

Las almas que inspiran, que unen, que bordan tu nombre con hilo de oro en los registros de datos, que guardan tu secreto para susurrarte al oído en el momento que estés preparada, que narran tu historia como ejemplo a quienes serán mañana historias de ejemplo. Que entrelazan caminos de otras almas en búsqueda, tejiendo redes de acompañamiento y fortaleza.

Almas por el bien mayor. El que alcance a más gente, a más personas, aunque yo no sea una de ellas.

Ánimas crujientes, siempre como recién hechas, que huelen a sonrisa y a galletas de coco. Que alimentan al alma de enfrente, que caminan a su lado, que respiran profundo entre alma y alma, mirando sin ver un boli sobre la mesa como si fuera el infinito. Coge aire, seguimos.

Son las almas que aportan, que sugieren, que visualizan, aman, facilitan, proyectan, futurizan, creen, crean, CONSTRUYEN.

Las que hacen falta, las que más hacen falta, las necesarias y siempre necesarias, pero ahora esenciales. Mas que en ningún otro momento, nos necesitamos en luz ALMAS DE RECONSTRUCCIÓN MASIVA.