lunes, 18 de agosto de 2025

ASESORAMIENTO EN PROCESOS DE SELECCIÓN NO ES LO MISMO QUE ORIENTACIÓN LABORAL. Y CÓMO LA IA INFLUYE EN CADA CASO.




Hace ya tres años, lancé una encuesta en LinkedIn que podéis ver aquí:

Interfaz de usuario gráfica, Aplicación

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Os recomiendo que paséis a ver los comentarios, el debate sigue vigente. Me encantó, claro está, que la opción ganadora fuera "No, son cosas diferentes". Me pregunto qué ocurriría hoy si la repito... porque es una cuestión viva y presente, y de ahí, este artículo.

Y es que dicho debate surge porque, cada vez con más frecuencia, vemos a personas que provienen del ámbito de los recursos humanos -me refiero a su vertiente del área de selección, por supuesto- ofreciendo tips, consejos y estrategias para quienes están en búsqueda de empleo. Y eso está muy bien. Es útil, necesario y puede aportar un gran valor.

Pero no lo podemos confundir con un proceso integral de orientación laboral. No te digas orientador si eres asesor en procesos de selección. Y hoy, vas a entender por qué lo digo, si aguantas todo el tocho que traigo.


No confundir la parte por el todo

No podemos ser reduccionistas y limitar la orientación a la preparación de entrevistas o a la mejora del currículum. Ese tipo de acompañamiento -que podríamos englobar en el asesoramiento para procesos de selección- representa, siendo generosas, un 15% de lo que implica realmente el trabajo de orientación laboral.

En el marco DigCompLabor, Marco de competencias digitales para profesionales de la inserción laboral (del que soy orgullosa coautora), una de las primeras cosas que se presenta es el PERFIL PROFESIONAL de la ocupación, contrastado con un amplio número de profesionales del sector, y lo deja muy claro: entre las funciones y tareas de las personas que ejercen la orientación, se encuentran muchas otras dimensiones clave, como el análisis competencial, el diseño de itinerarios, el acompañamiento motivacional, la conexión con recursos del territorio o la intervención con perspectiva social y de derechos. Lo puedes ver aquí y valorar qué peso tiene el entrenamiento en procesos de selección en el total de funciones de la profesión:




Dentro de ese conjunto amplio y complejo, la preparación para procesos de selección es solo una parte.

No es una crítica, es una necesaria diferenciación de perfiles profesionales.

Ambos pueden aportar mucho, pero no son lo mismo.

Por eso me llamó la atención que, en la encuesta que realicé, varias personas (en encuesta y en comentarios) afirmaran que los profesionales de selección de personal pueden hacer orientación laboral. Esa afirmación implica una comprensión muy reducida de lo que significa orientar, y evidencia que se está confundiendo la orientación con el asesoramiento técnico para encontrar empleo.

Y a continuación -aviso- me voy a explayar (más).

Porque quiero explicar por qué ambas figuras son profundamente distintas, y cómo la inteligencia artificial afecta de manera muy diferente a cada una de ellas.

 

No todo el mundo que selecciona sabe/puede/debe orientar

Parte de la narrativa gincanera del empleo (de la que hablaba en este otro post) se ha extendido porque muchas personas que vienen del mundo de la selección de personal se han reconvertido en “orientadoras” sin haber vivido el acompañamiento real, cotidiano, humano -y a veces doloroso- de las personas en desempleo.

Y esto no es una crítica gratuita.

Es una diferencia estructural.

Porque orientar no es solo conocer cómo funciona un proceso de selección.
No es ayudar a preparar entrevistas ni corregir un CV.

¿Y si empezamos a llamar las cosas por su nombre?

Quizá ha llegado el momento de reconocer algo que muchas llevamos tiempo intuyendo:
no es lo mismo ser profesional de la orientación laboral que ser asesor de procesos de selección.

Ambos perfiles son necesarios. Ambos aportan.

Pero no son lo mismo, y no deberían confundirse.

 

¿Qué hace una persona facilitadora o asesora de procesos de selección?

  • Te ayuda a preparar entrevistas.
  • Optimiza tu currículum.
  • Te enseña a manejar portales de empleo.
  • Practica contigo dinámicas grupales.
  • Te entrena para “hacerlo bien”.
  • Seguro que muchas más cosas relacionada con la selección de personal.

 

¿Y qué hace una orientadora laboral?

Una profesional de la orientación laboral va más allá. Mucho más.

  • No se limita a darte herramientas: te ayuda a construir sentido.
  • No te dice lo que tienes que decir: te ayuda a encontrar tus propias palabras.
  • No parte del proceso: parte de la persona.

Y eso marca una diferencia inmensa, especialmente cuando acompañamos a personas atravesadas por la vulnerabilidad, el miedo, la frustración o la desesperanza.


Tampoco las personas a las que se dirigen son equiparables:

No es lo mismo asesorar a una persona que, desde una posición de privilegio, paga por un servicio privado de acompañamiento para mejorar sus opciones laborales, que orientar a alguien que accede a un servicio público o social desde una situación de vulnerabilidad.

En el primer caso, hablamos de un cliente que escoge, que consume desde la autonomía, que evalúa el servicio como quien contrata una consultoría.

En el segundo, hablamos de una persona participante, o usuaria, que llega muchas veces desgastada, cuestionándose, buscando apoyo, no solo información. Eso implica otro vínculo, otro ritmo, otra ética. No basta con saber de procesos de selección: hay que saber de procesos humanos. Y acompañar con conciencia esa diferencia.

 

Y, ojo cuidao, que ambos perfiles son necesarios, todo dependerá de cuál se ajuste mejor según la situación y la necesidad actual de la persona. Simplemente estamos remarcando que no son los mismo. 


Pongo todo esto sobre la mesa porque me importa profundamente que cada profesional asuma la responsabilidad que le corresponde. Hoy más que nunca, en un contexto donde el mundo influencer y las redes sociales amplifican cualquier discurso, abundan los consejos universales, los gurús del "éxito laboral" y las recetas de café para todos, sin matices, sin contexto, sin responsabilidad. Y eso puede ser un problema serio. 

Porque hay muchas personas en búsqueda de empleo que no tienen la foto completa de su situación, ni los recursos, ni la visión global que les permita filtrar lo que escuchan. Por eso, necesitamos dejar de confundir visibilidad con autoridad, y empezar a preguntarnos si lo que compartimos responde realmente a las necesidades de quienes acompañamos, o solo a una estrategia personal de alcance y monetización. 

En orientación laboral no vale todo. Y cuando jugamos con las expectativas de quien ya está en una situación frágil, lo que está en juego no es un like: es la confianza, la autoestima y el futuro de una persona.


Cuando ambos mundos convergen, y es bello

Dicho todo lo anterior, también quiero destacar algo importante: la incorporación de muchas personas provenientes del ámbito de los recursos humanos -especialmente desde el área de selección- a roles de orientación y prospección en organizaciones sociales ha sido, en la mayoría de las ocasiones, una aportación valiosísima.

Su experiencia previa les ha permitido tener una visión muy completa del mercado de trabajo, de los procesos de reclutamiento y de lo que ocurre “al otro lado” de las entrevistas.

Y cuando estas personas han sabido abrirse a la dimensión social, humana y comunitaria del acompañamiento, han enriquecido enormemente su práctica profesional.

Han entendido que orientar no es solo ayudar a “encajar” en un puesto, sino acompañar a reconstruir trayectorias vitales.

Y al integrar ambas miradas, la técnica y la social, han dado lugar a enfoques más completos, más éticos y más eficaces.

 


Cómo entra en juego la inteligencia artificial en todo esto

 

La orientación laboral no se automatiza

Llevamos tiempo escuchando que la inteligencia artificial ha llegado para revolucionar el empleo.
Y es verdad.

Puede hacer mucho.

Puede analizar CVs, generar itinerarios, traducir competencias, sugerir empleos, redactar cartas, simular entrevistas.

Puede ofrecer información y propuestas personalizadas en segundos.

Puede acompañar en muchos tramos del camino.

Pero hay algo que conviene recordar con claridad:

La IA no siente. No intuye. No sostiene. No transforma.

Porque orientar no es automatizar procesos, ni lanzar recomendaciones.
Orientar es acompañar.

Y acompañar es un acto profundamente humano.

 

Sintiencia y consciencia: lo que la IA no tiene

El jueves 14 de agosto vi en La2 el reportaje “La era de los robots” en Documentos TV (sí, a veces veo la tele en directo… ok, boomer). Y me gustó mucho, y me hizo reflexionar sobre los conceptos de sintiencia y consciencia aplicados a la IA y claro, yo me lo llevé al terreno del acompañamiento al empleo.

Sintiencia

La sintiencia es la capacidad de experimentar sensaciones y emociones. Es la vivencia subjetiva: sentir placer, dolor, miedo, alegría, esperanza, vergüenza...

Las máquinas pueden simular emociones, pero no pueden sentir.

Una IA puede decir “entiendo que estés triste”, pero no sabe lo que es la tristeza. No puede empatizar de verdad, porque no tiene mundo interior.

Consciencia

La consciencia es la capacidad de tener una experiencia subjetiva de uno/a mismo/a y del entorno.

Incluye:

  • Autoconciencia.
  • Reflexión.
  • Toma de perspectiva.
  • Ética y responsabilidad.

Las IAs pueden procesar información y tomar decisiones algorítmicas, pero no tienen consciencia de sí mismas ni del impacto de sus actos.

Pueden ser precisas, pero no sabias. Rápidas, pero no responsables.

Sólo las personas tenemos esa dimensión de presencia consciente, ética y emocional que transforma la relación de ayuda en un espacio de sentido.

Podemos entrenar a la IA para que simule una conversación.

Podemos hacer que analice perfiles, que sugiera itinerarios, que detecte brechas.
Pero la IA -ojo, de momento- no tiene sintiencia ni consciencia.

Y sin eso, lo que hace no es acompañar. Es calcular.

Lo que dice no es apoyo. Es predicción.

 

La IA aplicada a “asesoría en procesos de selección” frente a “orientación laboral”

En orientación laboral, la IA puede ayudarnos a ser más ágiles, más eficientes, incluso más precisas en algunas tareas. Puede ofrecernos sugerencias, automatizar procesos, acelerar diagnósticos y generar documentos en segundos.

Puede ser brújula, mapa, linterna.

Pero no puede ser camino.

Porque la orientación laboral no es solo un proceso técnico. Es, ante todo, un proceso humano.

Y lo humano -aunque se entrene con millones de datos- no se automatiza.

¿Qué puede hacer la IA?

  • Analizar CVs y ofertas de empleo.
  • Proponer itinerarios formativos.
  • Generar cartas de presentación.
  • Sugerir perfiles profesionales.
  • Crear dinámicas y recursos.
  • Resumir, organizar, traducir.
  • Acelerar procesos de matching.
  • Apoyar el diagnóstico competencial.

Como podemos ver, la mayoría de apoyos que nos ofrece, pertenece a esa rama del "asesoramiento en procesos de selección"

Estimación: entre el 70 % y el 90 % del asesoramiento técnico en selección puede automatizarse.

 

Lo que sólo puede hacer una persona orientadora

Aquí no hay simulación posible.

Esto solo puede hacerlo una persona con mirada ética, compromiso real y vocación profunda:

Cuidar el espacio, la acogida y el vínculo

  • Preparar el espacio para que alguien se sienta acogida, segura y no juzgada
  • Sonreír con calidez y decir: “hoy estás aquí, y eso ya es mucho”
  • Crear un espacio donde sentirse vista, no evaluada

Leer más allá de las palabras

  • Escuchar el silencio de quien ha perdido la esperanza
  • Percibir la emoción que no se dice
  • Detectar el temblor en una voz que afirma estar bien
  • Saber cuándo una sonrisa no es alegría, sino supervivencia
  • Intuir el momento exacto para una pregunta que transforma
  • Decidir parar una sesión cuando lo emocional desborda lo técnico

Acompañar con mirada profesional, ética y social

  • Recordar que no todas las personas parten del mismo sitio
  • Tener a mano el contacto adecuado para una derivación urgente
  • Hacer un análisis profundo del perfil profesional
  • Explorar intereses y valores con quien ha olvidado lo que le ilusiona
  • Realizar un diagnóstico competencial con mirada holística
  • Diseñar itinerarios personalizados con perspectiva social y de derechos
  • Incluir una mirada experta sobre la brecha de género en el empleo
  • No dar por hecho ningún nivel de competencias digitales: explorar, preguntar, adaptar
  • Tener en cuenta las implicaciones vitales, legales y emocionales de un proceso migratorio
  • Acompañar sin imponer modelos normativos de éxito, reconociendo trayectorias diversas
  • Apoyar procesos de toma de decisiones en momentos difíciles
  • Derivar estratégicamente a recursos, redes y oportunidades

Sostener procesos personales y emocionales

  • Acompañar emocional y motivacionalmente a lo largo del proceso
  • Acompañar el duelo de una identidad profesional que ya no encaja
  • Recordar que alguien puede llevar semanas sin comer equilibradamente
  • Sostener el llanto que por fin se permite salir
  • Ayudar a reconstruir el relato profesional desde la verdad y la dignidad
  • Caminar junto a alguien, no delante, no empujando, no evaluando

Nutrir la autoestima, el sentido y la diversidad

  • Celebrar cada pequeño avance como una conquista gigante
  • Nombrar con respeto lo que cuesta nombrar
  • Hacer de espejo cuando ya no queda autoestima
  • Inspirar, conmover, empoderar
  • Creer en alguien incluso antes —o cuando ya no— cree en sí misma
  • Incorporar una mirada respetuosa de la diversidad: cultural, funcional, de género, de edad, de trayectorias
  • Escuchar sin expectativas homogéneas, con la voluntad real de comprender

Estimación: menos del 25% de la orientación laboral profesional es automatizable. Lo esencial no lo es.

Puedes ver ejemplos concretos de la parte más humana del acompañamiento al empleo aquí.


Actividad

% Reemplazable por IA

Argumento clave

Asesoramiento en selección

70–90%

Gran parte es mecánica, previsible, replicable. La IA ya genera CVs, simula entrevistas, y ofrece consejos según el puesto. El valor añadido humano está en lo relacional, pero no es siempre exigido.

Orientación laboral profunda

10–25%

Solo tareas técnicas o de apoyo (ej. análisis de perfil, generación de informes o recursos). Pero lo nuclear —la relación, la escucha, la estrategia, el sostén emocional— es irreemplazable.

 

 

Acompañar no es enseñar a responder bien. Es ayudar a reconstruirse sin perderse.

Porque muchas veces no estamos acompañando a profesionales seguros que buscan dar un salto en su carrera.

Estamos acompañando a personas que han sido expulsadas, descuidadas o ignoradas por un sistema que las ha tratado como piezas defectuosas.

Personas que arrastran precariedad, violencia, discriminación, culpa.

Personas que han aprendido que “buscar empleo” es sinónimo de sentirse pequeñas.

Y ahí, los tecnicismos no ayudan.

Ahí, los consejos automatizados no inspiran.

Ahí, hablar de "pasar pantallas" o de "venderse mejor" puede ser una herida más.

Porque sin escucha, sin vínculo, sin sostén… todo se convierte en una carga.

Y sin sintiencia ni consciencia, no hay acompañamiento posible.


Y aquí es donde también entra en juego otro concepto clave: el de las competencias sociodigitales

Porque orientar en el contexto actual no es solo saber de empleo ni saber de tecnología. Es acompañar procesos humanos en un mundo digitalizado. Es tener criterio para decidir qué herramienta tiene sentido usar, cuándo, cómo y con quién. Es saber adaptar el lenguaje, la metodología y los ritmos a cada persona, sin dar por hecho que todo el mundo parte del mismo nivel de acceso, alfabetización o confianza digital. Es acompañar desde la conciencia de lo que lo digital facilita… y también de lo que puede excluir. 

Por eso, las competencias sociodigitales no son solo un extra: son parte esencial del perfil profesional que necesitamos en la orientación de hoy. Y no se entrenan solo con tutoriales, sino con mirada crítica, sensibilidad ética y presencia real.

 

FIN DE LA CHAPA

La IA puede ser Y ES una gran aliada.

Puede asistirte, ayudarte, acelerar tareas.

Pero nunca será el corazón de la orientación laboral.

Porque ese corazón está hecho de otra materia:

De presencia.

De relación.

De cuidado.

De humanidad.

Y eso, por ahora -y por suerte- sólo lo sabemos hacer las personas.

 

En fin… todo esto quizá debería contarlo en un vídeo, o abrir de una vez ese podcast que llevo tiempo posponiendo.

Porque siendo realistas, hoy en día un post tan largo no lo lee ni Peter. Quiero ser tan exhaustiva que se me va de las manos.

Pero bueno, si has llegado hasta aquí, gracias.

De verdad.

Porque eso ya dice mucho de ti… y de que quizá, solo quizá, todavía hay espacio para lo profundo, lo humano y lo dicho con calma.


sábado, 9 de agosto de 2025

CV INTERACTIVO... POCO SE HABLA

Poco se habla del CV interactivo… claro que con este no va a superar un ATS, ni una ITV, ni una PCR.

Pero sí que responde a la segunda pregunta más antigua de la historia del curriculum (la primera es “¿con foto o sin foto?” -con tonito de a nadie le importa esto ya-): ¿el CV en una página o más? Nota: tampoco es ya tan importante este tema para el bombo que se le da.

Sin embargo, este formato es uno y trino:

  • Lo tienes todo en un golpe de vista en una sóla página (se obra el milagro) a nivel global.
  • Tienes un segundo nivel de navegación para ampliar información.
  • En las ventanas emergentes de ese segundo nivel, puedes aun enlazar a recursos externos que todavía ofrezcan mayor visión de tu trayectoria.

¿Ves? Uno y trino.

La solución onemoretime me la dio Genially: un CV con una portada limpia, una visión global de un vistazo y, detrás de cada botón de “Más info”, todo el detalle que quieras: proyectos, logros, formación, enlaces a vídeos… Y, lo mejor, sin saturar visualmente a quien solo quiere la foto general.

Pero sí, aquí no hablamos de algoritmos, sino de conquistar a la persona que te lee al otro lado de la pantalla. Por eso, no es para todo el mundo ni para todos los procesos.




Para quién es y para quién no

Puede ser muy útil si…

  • Tu perfil es creativo o digital, y quieres demostrar habilidades técnicas o de diseño sin decirlo (porque ya lo estás mostrando).
  • Tu experiencia es amplia y diversa, y resumirla en una página te deja fuera datos clave.
  • Vas a presentarte a empresas donde sabes que alguien humano va a abrir tu currículum antes de un robot.
  • Te mueves mucho en networking, envías candidaturas espontáneas o te presentas en eventos con QR o enlace a tu CV.

No es para ti si…

  • Tu objetivo principal es pasar filtros automáticos (ATS): los robots no lo leerán.
  • Vas a enviarlo solo a portales de empleo muy estructurados y con filtros previos a la lectura de una persona.
  • Quieres un formato estándar y sin complicaciones técnicas.

 

Pros y contras 

Pros:

  • Cabe todo. Todo-todo. Hasta aquel curso que hiciste “por si acaso” y los proyectos que merecen más de tres líneas.
  • Es visualmente atractivo y ordenado: quien quiera un vistazo rápido, lo tiene; quien quiera detalle, lo encuentra.
  • Perfecto para mostrar tu dominio digital y tu capacidad creativa.
  • Funciona muy bien como carta de presentación extendida.

Contras:

  • Para un ATS es como mostrarle un folio en blanco.
  • Se presenta como un enlace o QR para que cobre sentido.
  • Si no está bien estructurado, puede ser un laberinto en el que el reclutador se pierda.
  • No es “una solución mágica”: la calidad del contenido sigue siendo clave.
  • Experiencia de usuario más limitada en el móvil, mejor lectura en ordenador.

 

Trucos y consejos prácticos


  • Si no puedes mandar un enlace, porque el tipo de preselección no lo permite, crea una captura de tu portada y conviértela en PDF. Configura el PDF para que cualquier clic en la imagen lleve a la versión interactiva en Genially.
  • Cuida la portada: es lo primero que verán, así que debe transmitir de un vistazo quién eres y qué ofreces.
  • No satures de botones: la gracia es que sea intuitivo, no una feria de atracciones.
  • Haz pruebas de usabilidad: pídele a alguien que no lo haya visto que lo explore y te diga si encuentra todo rápido.
  • Actualiza con regularidad: lo bueno del formato digital es que puedes cambiarlo sin reenviar mil versiones, el enlace será el mismo pero se verá actualizado cada vez.

 

Mi ejemplo

Predico con lo que practico, así que aquí te dejo mi propio currículum interactivo. Está hecho en Genially, pensado para equilibrar una visión global con un acceso rápido a toda la información que considero relevante.

También porque, para ser sincera, es un trabajazo muy muy laborioso, y este ya lo tenía hecho, chiqui.

PD: No reírse de la imagen del año de la pera, pero que me encanta porque hace match con el CV y me hace conseguir un total look. Madre mía, qué nivelazo con los anglicismos, Mari.



Te lo dejo igualmente enlazado, para enredar mejor a pantalla completa.

Y si has llegado hasta aquí, te dejo asomarte a una ventana temporal: la de mi primer CV interactivo, hecho en 2017 (ver aquí, no estoy segura de que funcione ok en todos los navegadores ya...). La primera vez que puse "friky" en el apartado "mis competencias" -como si hiciera falta explicitarlo... jejeje-. Spoiler: conseguí el puesto. Bonus track: También con el de 2025 😉.


Y sí, esto también es trabajar competencias sociodigitales

No hablo solo de saber usar Genially, sino de seleccionar la herramienta adecuada para el objetivo, entender sus limitaciones y potencial, y aplicarla con criterio y propósito. Igual que no todas las candidaturas necesitan un CV interactivo, no todas las herramientas digitales son la mejor opción para cada situación. Saber leer el contexto, adaptarse y decidir con sentido es una competencia sociodigital clave: combinar lo digital con la mirada humana para lograr impacto real.


Vamos cerrando

El currículum interactivo no es el traje para todas las bodas, pero cuando encaja… encaja como un guante.

Y que puede gustarte más o menos, porque ya sabemos que, en el tema del CV, toooooood@s l@s profesionales del acompañamiento al empleo tienen algo que decir, matizar, corregir, explicar, puntualizar, y a nadie le gusta el del otro más que el suyo.

Es bueno conocer todas las opciones. Pero de este, POCO SE HABLA.

Se tenía que decir y se dijo.

Y, quién sabe, igual en tu próximo proceso de selección, ese botón de “Más info” sea justo el clic que te abra la puerta.

miércoles, 6 de agosto de 2025

LAS COMPETENCIAS TRANSFERIBLES: LO QUE TE LLEVAS CONTIGO CUANDO TODO CAMBIA

 

A veces creemos que el trabajo nos define.

Nos aferramos al cargo, al sector, al “yo soy tal cosa”. Como si nuestra identidad profesional estuviera grabada en una tarjeta de visita, y no en la forma en la que habitamos lo que hacemos. Hasta que la vida -porque siempre es la vida la que empuja- nos cambia de sitio. Nos saca de lo conocido. Y entonces aparece la gran pregunta:

¿Qué me llevo conmigo?

¿Qué queda cuando ya no estás en el mismo puesto, ni en la misma empresa, ni en el mismo sector? ¿Qué puedes ofrecer cuando te toca mirar hacia otro lado y no sabes ni por dónde empezar?

Yo te lo digo: te llevas mucho más de lo que crees.

Y se llama competencias transferibles.

 

El equipaje invisible que ya es tuyo

Las competencias transferibles son esas habilidades que no dependen de un oficio concreto. Son lo que sabes hacer, más allá de dónde lo hayas aprendido. Es tu forma de estar en el trabajo, de resolver lo cotidiano, de manejar lo inesperado, de tratar a quien tienes delante.

No son solo “cosas técnicas”. Son más bien formas de ser-haciendo.

Y lo mejor es que te las puedes llevar contigo a donde vayas. Como una mochila bien hecha, con costuras firmes, que no pesa… pero te sostiene.

 

Cómo saber cuáles son las tuyas

No siempre es fácil verlas. Están tan integradas en ti, que a veces ni las notas.
Pero hay pistas.

¿Eres de las que se adelanta a lo que puede fallar? Eso es pensamiento anticipatorio.

¿Sabes coordinar sin mandar, liderar sin imponer? Ahí hay liderazgo colaborativo.

¿Sostienes bien la presión? Resiliencia, querida.

¿Te entiendes con cualquiera, hasta con quien nadie quiere atender? Empatía, comunicación, gestión emocional.

¿Resuelves marrones sin drama? Más claro, agua: resolución de problemas.

No son superpoderes, pero casi.

Y lo mejor es que no desaparecen cuando cambias de lugar. Al revés: se adaptan. Se transforman. Te abren caminos.

Y si no consigues identificarlas totalmente, busca un buen orientador/a laboral.

 

Algunos ejemplos




Cuando descubres lo que ya tienes, todo cambia

Conozco muchas historias de personas que se han pasado media vida trabajando en lo mismo.
En un taller. En una oficina. En un mostrador. En un almacén. Y cuando eso se termina —porque se termina— se quedan como frente a una hoja en blanco.

“Yo ya no valgo. Yo solo sé hacer esto. ¿Quién va a querer lo que tengo?”

Y ahí, en ese momento exacto de duda, entra en juego el descubrimiento: no partes de cero.
Es como si alguien encendiera una luz y vieras que esa hoja en blanco… ya está escrita.
Solo que con otra tinta. En otro idioma. Y toca traducirlo.

 

Felisa y el cierre del negocio

Hace un tiempo acompañé a una mujer que llevaba 14 años siendo dependienta en una tienda de ropa, de barrio de toda la vida.

Cierre inesperado. 56 años. “¿Quién me va a coger ahora?”, me dijo.
Ella pensaba que su trabajo era vender camisetas. Pero en realidad:

  • Escuchaba sin juzgar.
  • Leía a las personas con solo verlas entrar.
  • Tenía una memoria increíble para los gustos de cada clienta.
  • Resolvía quejas con una sonrisa sincera.
  • Organizó el almacén de forma que ahorraban una hora diaria.

¿Sabes qué encontró? No solo un nuevo trabajo en atención al cliente digital.
Encontró una mirada nueva sobre sí misma. Y me dijo: "Nunca pensé que sabía tanto."

 

Para las mujeres que han cuidado sin currículum

Hay una experiencia que rara vez se escribe en un CV, pero que moldea capacidades como pocas: haber sostenido la vida de otras personas.

Las mujeres que han estado años dedicadas a la crianza, al cuidado de familiares, a las tareas de TRABAJO doméstico, suelen sentirse “desactualizadas”, como si el mundo laboral se hubiera movido sin ellas.

Y, sin embargo, lo que han hecho durante ese tiempo —aunque no haya tenido nómina ni vacaciones— es una escuela brutal de competencias transferibles.

Porque cuando cuidas, planificas, organizas, improvisas. Tomas decisiones rápidas sin margen de error. Resuelves conflictos. Coordinas agendas, emociones, tareas. Te anticipas. Aguantas el cansancio, la frustración, la presión. Y aunque no lo llames así, estás usando a diario habilidades que muchísimas empresas valoran.

El problema nunca ha sido que no tengas experiencia. El problema es que no se reconoce como experiencia lo que has hecho.

Pero aquí estamos para cambiar esa mirada. Y aunque merece un artículo entero, no quería dejar de mencionarlo en este tema.

 

Ejemplos de competencias desarrolladas en periodos de cuidados y su aplicación profesional:

COMPETENCIA DESARROLLADA EN CUIDADOS

APLICACIÓN LABORAL DIRECTA

Organización multitarea

Coordinación de agendas, logística, administración, atención en cocina o almacenes.

Resolución de conflictos

Mediación, atención al cliente, recursos humanos, educación infantil.

Gestión emocional

Cuidado de personas, asistencia sociosanitaria, educación, gestión de equipos.

Anticipación de necesidades

Atención al cliente, logística, ventas, hospitalidad, puestos de coordinación.

Resiliencia

Trabajo bajo presión, servicios de emergencia, producción, sectores con alta exigencia.

Comunicación afectiva y clara

Atención telefónica, mediación, enseñanza, asistencia personal, hostelería.

Capacidad de improvisación práctica

Eventos, hostelería, asistencia domiciliaria, soporte técnico.

Coordinación de recursos limitados

Finanzas domésticas → gestión presupuestaria, administración, compras.

Aprendizaje por observación y repetición

Producción, formación práctica, apoyo educativo, tareas técnicas.

Capacidad de escucha profunda

Trabajo social, salud, orientación, atención directa, psicología, servicio a la comunidad.

Trabajo no supervisado con alto grado de exigencia

Limpieza profesional, tareas domiciliarias, vigilancia, mantenimiento.

Gestión del tiempo y prioridades

Asistencia ejecutiva, logística, atención al cliente, entornos con ritmos acelerados.

 

Las competencias transferibles son puertas

Como vemos, son puertas que conectan mundos. Que te permiten pasar del sector A al sector B sin tener que “ser otra persona”. Solo necesitas aprender a contarlo. A traducirlo. Y eso, créeme, se puede aprender.

Porque lo difícil no es tener las competencias. Lo difícil es verlas, nombrarlas, valorarlas. Y cuando lo haces… el mapa cambia.

 

Y tú, ¿te has parado a pensar en qué te llevas contigo si todo cambiara mañana?

Tal vez estés justo en ese momento.

Tal vez estés acompañando a alguien que lo está.

Tal vez ya lo viviste, y ahora sabes lo que vale mirar dentro.

Yo solo quería recordarte esto: Tus competencias no son solo lo que haces. Son cómo lo haces. Y eso no te lo quita nadie. Ni los ERE, ni los cambios, ni las crisis, ni los algoritmos.

Y desde la orientación laboral, esto importa — mucho

Porque no basta con que las competencias transferibles existan: hay que saber mirarlas, nombrarlas, traducirlas y devolverlas con dignidad.

Desde la orientación laboral tenemos una responsabilidad enorme: acompañar con respeto estos procesos de reconstrucción, detectar el potencial allí donde a veces solo se ve carencia, y ayudar a reubicar las piezas en un nuevo mapa.

Porque, por ejemplo, cuando una mujer descubre que todo lo que ha hecho cuenta, no solo encuentra trabajo. Se encuentra a sí misma desde otro lugar.

 

Una ayuda práctica

“Herramienta práctica para trabajar la pregunta ¿Qué es lo que sé hacer?” Aunque no habla exactamente de competencias transferibles, este ejercicio de David Barreda, es una gran ayuda en momentos de cambio, para trabajar punto de partida y posibles destinos: descárgala aquí



Si todo esto te ha resonado, reflexiónalo.

Si acompañas a otras personas en estos procesos, cuéntame.

Y si te cuesta ver lo que sabes hacer… escribe. Porque hay cosas que solo se iluminan cuando las nombramos.